Un chofer del 148 paró la formación porque una bebé se ahogaba: "Le hice RCP y salvé su vida"
Para Antonia, la pequeña que sufrió la complicación, Facundo fue su ángel guardián. Con valentía y mucha seguridad, la asistió y la llevó al hospital. Otro final feliz.
11 de mayo de 2022
Historias que emocionan e invitan a tomar conciencia. Gracias a que un chofer de colectivo tenía conocimiento sobre la reanimación cardiopulmonar (RCP), pudo salvar la vida de una nena de tan solo un año de edad.
Todo ocurrió en la ciudad de Florencio Varela (Gran Buenos Aires). Allí, Facundo, un conductor de la Línea 148 (unidad 182) comenzaba su recorrido diurno, cuando debió detener la formación porque una nena se ahogaba. Los pasajeros no sabían qué hacer y fue ahí cuando el chofer actuó rápidamente. "Salí de la cabecera principal. En la parada próxima subía gente y ya estaba repleto. Pasaron cinco o 10 minutos de recorrido y escuché 'chofer, chofer, la nena se me va'. No entendía nada. Me tiré a un costado de la ruta, puse baliza y fui para el medio. Ahí estaba la mamá en un ataque de shock y llanto. La nena tenía los ojitos para atrás. Era una convulsión", inició el valiente Facundo, en diálogo con Telenueve.
Luego, comenzó a asistirla. Intentó reanimarla con las manos, mientras los pasajeros aguardaban con calma y en silencio. "Le abrí la boquita y le sostuve la lengua para que no se le vaya hacia adentro. Pasaron unos segundos y la nena se puso morada, sin aire y ahí empecé a hacerle el trabajo de RCP. Se lo hice dos veces. La primera, no reaccionaba. La segunda sí. Fue un momento crítico y no se lo deseo a nadie", sumó él, movilizado por la situación.
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"Fue un momento de nervios y angustia. No sé... 'Diosito ayudame', decía. Pensé en mis hijos y salimos con la nena descompuesta al hospital", adicionó, mientras continuaba con su relato.
Mientras que conducía la formación del 148 rumbo a la clínica más cercana, reveló que debió tomar una importante decisión: "Aceleré y fui tocando bocina. Pasé semáforos en rojo. Tenía una vida pendiente arriba y fácil 70 personas conmigo. Presté atención a que no se cruzara nadie. Cuando llegamos al hospital de Varela, salí corriendo con la nena en brazos. Me ingresaron a la sala de emergencias".
Afortunadamente, esta historia tiene un final feliz. Antonia, la pequeña, está bien. Fuera de peligro. En cuanto a Facundo, él está muy feliz de poder haberla ayudado. Orgulloso de sí mismo. "Salvé una vida. La pérdida de mi mamá me iluminó", sentenció él.