Nueva York: qué se sabe del sospechoso del tiroteo en Brooklyn

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, encabezó este martes una conferencia de prensa en la que se informó que el tiroteo en una estación de subte de Brooklyn no está siendo investigado como un “acto de terrorismo”.

“Esta mañana, los habitantes de Nueva York fuimos víctimas de una tragedia durante una jornada que esperamos que sea normal y habitual. El responsable de atacar a sangre fría es peligroso y sigue prófugo”, aseguró Hochul. Y destacó que las autoridades están trabajando arduamente para que “esto no suceda más”.

El sospechoso fue identificado como Frank James, de 62 años, pero no está claro cuál es su relación con el ataque. “Estamos buscándolo para determinar cuál es su vínculo con el hecho del tren” dijo James Essig, jefe de Detectives del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD).

¿Qué ocurrió en el metro de Nueva York?

El suceso se registró a las 8.24, cuando el subte se detuvo en la estación de la calle 36 en el vecindario de Sunset Park. En ese momento, un hombre con chaleco de construcción verde se puso una máscara antigás y abrió fuego contra los pasajeros.

Según detalló la agencia Bloomberg, en la estación, los bomberos se encontraron una escena de terror: gritos, personas corriendo, explosivos sin detonar y varios heridos de bala. En paralelo, a las 8.27 la Policía había recibido una llamada que alertaba por un herido de bala en la estación, informó ABC.

Fuentes policiales informaron a la cadena CNN que el informe preliminar señala al menos a un sospechoso, de sexo masculino, que presuntamente llevaba puesta una máscara de gas y un chaleco de construcción naranja, quien huyó de la escena en cuestión de segundos y se desconoce su paradero.

Una mujer aseguró que “de tantos disparos que escuché, ni sé cuántos fueron”, mientras que otro testigo llamado Yav Montano dijo a CNN que el tiroteo sonó al inicio como “fuegos artificiales”.

El incidente se produjo un día después de que Joe Biden anunciara nuevas medidas para el control de armas, entre las cuales se aumentan las restricciones a las llamadas “armas fantasma”, que son difíciles de rastrear.