Día de la Mujer: tres historias de mujeres trabajadoras que rompen con los estereotipos de género

Por Antonella Pisetta y Clara Fernández Tasende

Sus historias de vida son distintas, pero tienen algo en común: son mujeres que se desenvuelven en espacios de trabajo, que en su mayoría son ocupados por hombres. 

Este 8 de marzo, que se conmemora el Día de la Mujer, Macarena, Elizabeth y Mónica comparten su experiencia personal al equipo digital de Telenueve desde los sitios en los que se desarrollan: un aeropuerto, un taller mecánico y una estación de subterráneo.  

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Un día como hoy, pero de 1908, 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, luego de que se declararan en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Este suceso fue transcendental y marcó la historia del trabajo de las mujeres en el mundo entero. Y por eso se recuerda el 8M, en honor a ellas.

En esta fecha, muchas mujeres y disidencias deciden parar con el objetivo de protestar en contra de la violencia machista y discriminación por razones de género, entre otras cosas. Por eso, hoy decidimos mostrar a tres mujeres que luchan contra los estigmas en su día a día e inspiran a otras.

Elizabeth tiene 19 años y trabaja en un taller mecánico  

Elizabeth Marmolejo egresó el año pasado de la Secundaria Técnica Nº 32 General José de San Martín y hace dos meses que trabaja en Neumáticos Rosmi, en Colegiales. "Eli", como le dicen sus compañeros, fue seleccionada para ocupar un nuevo puesto en el taller entre seis personas (de los cuales cinco eran varones) que realizaron una pasantía allí. "Terminamos decidiendo a Eli por su desempeño y la forma de trabajar que tiene. Ella es una chica que tiene mucho incentivo y está a la altura de cualquiera de los mecánicos e incluso de los gomeros. Desarma las gomas de las camionetas en el mismo tiempo que los demás", contó Walter Bornomo, encargado de la sucursal. 

"Mis primeros pasos fueron en tercer año del secundario, era una especialidad nueva en el colegio, al principio no entendía nada, pero me empezó a gustar y empecé a entender un poco más. Y cuando entré a Rosmi me explicaron todo", dijo Elizabeth a Telenueve Digital. Fue por un llamado telefónico del área de Recursos Humanos que se enteró de que había quedado para trabajar. "No pensaba que iba a poder quedar, hasta llegué a pensar que no iba a quedar, pero igual yo presenté el currículum y cuando me llamaron me puse muy feliz, me puse a llorar y hasta mi mamá se puso a llorar", relató la joven.

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"Creo que hay pocas mujeres en el oficio porque creen que no tenemos la fuerza ni física ni mental para hacerlo, pero no coincido con eso porque yo ya estoy hace dos meses trabajando en Rosmi y entonces, la fuerza la tenemos y la pasión también", expresó. "No hay trabajo que sea ni de hombre ni de mujer, porque cuando uno se especializa en algo lo puede hacer", remarcó.

En su día a día en el taller, Eliizabeth hace, entre otras cosas, tareas de gomería como emparche, balanceo, alineación, rotación y cambio de cubierta. "No importa la fuerza, solo con que entiendas cómo y dónde van las piezas ya se puede, porque cualquiera desarma, pero no todos pueden armar. Con el conocimiento todos podemos", manifestó. Sin embargo, aunque en su ámbito familiar y laboral la apoyan, no siempre ha sido así: "Me hicieron comentarios que no dan, pero trato de no quedarme con eso porque hay otros clientes que vienen y me felicitan y me hacen sentir bien. Entonces, por eso sigo". "Las chiquitas que vienen con su papá me quedan mirando y le dicen: '¡Ay, mirala cómo trabaja!', y eso me llena el corazón de amor", finalizó. 

Mónica y la pasión por manejar debajo de la tierra 

Mónica Gallo tiene 47 años e ingresó a trabajar en 1994 en el Subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires, cuando apenas tenía 18 años. En ese entonces, era una empresa privatizada. Las mujeres solo podían ocupar los puestos de trabajo administrativos y allí comenzó su carrera. "La única posibilidad que teníamos las mujeres era estar en la venta de pasajes, así que nos quedamos ahí. Después, a un grupo de compañeras les saltó la inquietud y se preguntaron por qué no podíamos ir al área de tráfico", relató sobre cómo empezaron a notar que había puestos de trabajo a los que querían acceder. 

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Lo que las incentivó a cuestionarse y poner manos a la obra fue que "ya habían pasado unos años y todas ya empezábamos a formar pareja o tener familia y, obviamente, los varones tenían la posibilidad de tener un sueldo mucho mayor, porque el sueldo de estaciones no es el mismo sueldo que estar en tráfico, y más manejar trenes".

Poco a poco, Mónica junto con otras compañeras del subte se fueron interiorizando sobre el tema y decidieron formar parte de Metrodelegados. "La lucha fue dura, sobre todo a la hora de concientizar a los compañeros, que les pedíamos que nos apoyaran". "Creemos que tenemos que ocupar todos los puestos y lo estamos luchando, no solamente con perspectiva de género, sino con perspectiva social. Nuestro eslogan es 'Todas en todos lados'", expresó la conductora.

A pesar de ello, todavía hay prejuicios con respecto a los puestos de trabajo que empiezan a ocupar algunas mujeres. "Todavía me siento discriminada por comentarios que hacen y porque piensan que nosotras no podemos manejar o hacer una evacuación. Piensan que somos débiles; que por maquillarme, arreglarme las uñas o el pelo no puedo hacer el mismo trabajo que ellos", contó Mónica. Frente a ello, aseveró: "Estoy capacitada porque aprobé el curso y ascendí". En cuanto al trabajo colectivo que realizan y lo que proyecta, expresó: "La gran meta es tener mujeres en los talleres, donde se arreglan los trenes".

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Mónica es mamá de una chiquita que la admira por lo que hace: conduce un tren de la línea B del Subterráneo. "Lo que les digo a las nenas y nenes, como le digo a mi hija de 10 años, es que si le gustan los trenes, que se capaciten. Si uno tiene un sueño lo puede cumplir con estudio, capacitación y obviamente con esfuerzo, porque los sueños siempre se cumplen".

Macarena y el legado de pilotear aviones

Macarea Sallaberry tiene 28 años y su sueño desde pequeña fue ser piloto de avión. Lo cumplió. Trabaja como piloto de Aerolíneas Argentinas. "Quise ser pilota desde siempre. Mi papá también es piloto, trabajaba de línea aérea, viene de familia. Tengo el recuerdo de cuando tenía 7 años, que ya sabía que quería ser piloto. Quizás en ese momento parecía más a modo de chiste, pero después en la pubertad ya era en serio", aseguró Macarena. 

Su pasión fue heredada. Desde chica vio volar a su papá y siempre tuvo el apoyo de su mamá para lograr lo que se proponía. "En mi familia ya conocían cómo era la carrera, entonces me apoyaron un montón. Mis amigos estaban fascinados porque a todos creo que nos genera algo, una intriga copada con el tema de los aviones y de volar", detalló sobre su entorno. Asimismo, también contó que sus amigos "siempre fueron súper curiosos y festejaron mucho mis avances". "Para todos los pilotos esto una pasión. Si no, no hay forma de llevarlo adelante porque hay que poner mucho de sí mismo en todo lo que uno haga y la carrera es muy larga, los horarios son complejos. Entonces, si no está eso movido por una pasión real, es insostenible", expuso.

Según, la Asociación Internacional de Mujeres Pilotos de Avión (ISA21), solo el 5,1% de los pilotos en el mundo es mujer, y solo 1,42%, capitanas, según datos relevados de 2020. Con relación a estas estadísticas, Macarena dijo: "Creo que obviamente, al elegir ser piloto, una elige ser parte de una minoría, así como una podría formar parte de cualquier otra, porque hay menos mujeres. No podría comparar mi experiencia con la de algunas de mis compañeras que son pilotos hace 40 años y que se enfrentaron a ser una minoría muchísimo más chica y con una generación que tal vez tenía más prejuicios que la nuestra". 

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Y continuó: "Gracias a que ellas persistieron en allanar el camino es que yo me encuentro hoy acá. Por eso, creo que tenemos que seguir allanando y ser profesionales para que las que vengan después lo encuentren un poquitito más fácil, que se sepa que es lo mismo para todos". No obstante, en la actualidad existen dificultades para aquellas mujeres que quieren perseguir ese sueño. "La carrera es difícil para todos, hombres y mujeres, pero la mujer se encuentra de pronto con "obstáculos absurdos". Ese concepto me lo dijo una compañera de Aerolíneas y lo tomé porque me parece maravilloso", detalló.

Sobre los "obstáculos absurdos", profundizó: "No es algo que detiene tu carrera, sino que es simplemente algo con que la mayoría no se encuentra, pero vos sí". Un ejemplo de estos son los prejuicios que puede tener la sociedad, como una familia que no sepa que se puede ser pilota y que no brinde apoyo. "O quizás te preguntan si querés ser mamá, cómo harías con los horarios y demás. A mí nunca me pesaron los comentarios porque siempre tuve muy en claro lo que quiero hacer, quién quiero ser, cómo quiero ser", sostuvo Macarena. 

Durante la entrevista, Macarena reconoció que "hacer una nota como esta, está fuera de mi zona de confort, de hecho en algún momento opté no hacerlo porque me resultaba difícil dar el mensaje que quería dar". A pesar de esto, la piloto consideró: "Hoy entendí que tal vez sirve para que una chica se dé cuenta de que esto le gusta y se anime o un que padre entienda que puede apoyar a su hija para que empiece. Es la responsabilidad que tenemos todas las que conformamos la aviación".

¡Mirá sus declaraciones completas en el informe especial!

Edición periodística: Roxana Toral Reyes

Edición de video: Martina Tortonesi