Día del Animal: miles de perros callejeros buscan un hogar
Las ONG que los rescatan se han visto colapsadas por los nuevos ingresos. Es por eso que enfatizan en la importancia de adoptar. Cómo es el proceso para sumar un integrante a la casa.
27 de abril de 2022
Por Eugenia Victoria Trubbo Faugas.
Producto de la desidia, el maltrato, el abandono y la falta de castración es incontable la cantidad de perros que nacen, desarrollan sus vidas, envejecen y mueren en las calles de la Argentina. A pesar de que se trata de una problemática que pareciera no tener fin, existen refugios, hogares de tránsito, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales que han asumido la responsabilidad de ayudar y salvar animales en estado de vulnerabilidad con el propósito de brindarles protección, contención y amor.
En concordancia con el Día Nacional del Animal (29/04), fecha instaurada en todo el país para conmemorar el fallecimiento de Ignacio Lucas Albarracín, abogado y quien estuvo al frente de la Sociedad Argentina Protectora de Animales (SAPA), se hace hincapié en la importancia de proteger a esta población y principalmente a los que hoy viven en situación de calle: se trata de un sector muy desprotegido y con muchas necesidades.
La difícil situación de los refugios ante el aumento de perros
En la actualidad, es muy difícil precisar cuántos perros hay en las calles de todo el territorio nacional. "Necesitamos que todo el mundo se vuelque a adoptar, porque sólo en Provincia de Buenos Aires hay ocho millones de perros en situación de calle", aseguró la fundadora de la asociación civil Patipufete, Soledad Valcarce.
El número aumentó con el correr de los años, motivo por el cual las ONG que los rescatan se han visto, en muchos casos, colapsadas y/o saturadas por los nuevos ingresos. “En este momento, El Campito tiene entre 350 y 400 perros. Tenemos una capacidad para 750, pero si me preguntas, ‘¿hay espacio?’ Sí. ¿Hay recursos para los 750?’ No, no tenemos y esto sucede porque, de contar con aún muchos más, no podríamos brindarles salud y vitalidad óptima como cada uno de ellos se merece”, inició Sergio Moragues, director de relaciones instruccionales de El Campito Refugio (de la ciudad de Monte Grande, partido de Esteban Echeverría – PBA), en diálogo con Telenueve digital.
La labor de voluntarias y voluntarios es sumamente importante. Gracias a su tiempo, esfuerzo y compromiso, la vida de millones de perros ya no es ni será la misma. Nunca más. Pero este es solo el primer eslabón de una cadena muy larga de acciones y responsabilidades, por donde el animal pasará un sinfín de situaciones hasta llegar al nivel máximo de plenitud: unirse a una familia. “Es importante animarse a adoptar, pero siempre con responsabilidad y compromiso”, describió Anabella Blanco, voluntaria de El Campito Refugio, en base a su amplia experiencia.
Qué es y qué involucra el proceso de adopción
Adoptar no es simplemente tomar a un animal y asumirlo como propio. Requiere de acciones que influirán en la vida de dicho perro y, en igual medida, en la de uno. Por ejemplo, poder garantizarle seguridad, alimentación balanceada y completa, desparasitación, calendario de vacunas y antirrábica al día, protección y bienestar, y cariño.
Ahora bien, ¿qué pasará con la vida y la actual rutina del humano adoptante con la llegada del nuevo integrante? “Integrar a un animal a la familia implica hacer una reestructuración familiar. Educamos al animal y también nos educamos a nosotros mismos; por ejemplo, para ser más claros y consistentes en nuestra manera de comunicarnos”, argumentó el doctor en Psicología y especialista en Antrozoología, Marcos Díaz Videla, en base a estudios y e investigaciones sobre la relación humano-perro.
La ciencia lo afirma, conectarse con un perro es terapéutico y beneficioso para todas las partes involucradas. De igual manera, no debe perderse el foco del objetivo principal. ¿Por qué y para qué adoptamos? "Desaconsejo dar animales como obsequios, adoptarlos impulsivamente o sin el consenso de todos los demás miembros de la familia”, adicionó Díaz Videla.
Cómo es el proceso de adopción
Desde que la decisión de sumar a un nuevo integrante fue charlada y consensuada con todos los miembros de la familia, habrá algunos pasos a seguir. En primera instancia, comunicarse con un refugio expresando la voluntad de adoptar.
“Al proceso de adopción lo iniciamos de manera virtual. Nosotros tomamos con mucha responsabilidad y compromiso las adopciones. Entonces, nos interesamos en conocer a las familias, hacemos un análisis socioambiental, donde conocemos las casas y que tengan las medidas de seguridad que todos los perros precisan. Por ejemplo, si tenemos un balcón, necesitamos que esté enrejado para que el perrito no se pueda caer”, describió la voluntaria Blanco.
Pasada y aprobada esta primera instancia de interacción con la ONG, en donde es importante que las familias y las asociaciones estén conformes con el resultado, será el momento de llevar al animal a vivir con su familia. “Un voluntario va hasta la casa de los adoptantes y lleva al ‘camperito’ (apodados así desde El Campito). Es un momento hermosísimo, es el primer día de un ‘camperito’ que tuvimos un tiempo acá en el refugio, ahora en su verdadero hogar. En su casa y con su familia”, sumó ella.
Asimismo, y antes de la entrega, los adoptantes deberán firmar un “contrato de adopción”. Además, se irán a casa con “una chapita provisoria con nuestro teléfono y la familia le pone la definitiva que tiene que llevar siempre. Le damos la libreta sanitaria, tienen todos nuestros contactos y ahí ya se termina el proceso de adopción”.
La linda experiencia de adoptar, en primera persona
Sandra y Sabrina, madre e hija, viven en la localidad de Banfield (partido de Lomas de Zamora – PBA) y se plantearon la posibilidad de adoptar a un cachorrito. Años atrás, perdieron a quien fue el amor de su vida, un perro callejero con el que se encontraron en un viaje a la ciudad de Mar del Tuyú. Vivieron años de muchísimo amor y, tras su fallecimiento hace ya siete años, decidieron volver a darse la oportunidad de amar a un amigo de cuatro patas.
Después de tomar la decisión en familia, se conectaron con Soledad Valcarce, fundadora y voluntaria de Patipufete, una organización sin fines de lucro que se dedica a rescatar animales de las calles.
Tras completar un formulario, y conocerse mutuamente con Sole, se les asignó a Benjamín, un perrito de tan solo días de vida que estaba en búsqueda de una familia. “A Benja lo rescatamos de un campo con dos hermanitos. Estuvo en tránsito en la casa de una chica que se llama Camila. Pedimos formulario y estamos por llevarlo a conocer a su familia definitiva”, relató Soledad.
En tanto, Telenueve digital acompañó en el proceso de adopción y en aquel primer encuentro. “Ahora estoy más tranquila, pero estábamos muy expectantes. Lo estábamos esperando con mucha alegría. Mirábamos el reloj a cada rato, ansiosos con cada timbre que sonaba. Ya planificamos qué va a comer, dónde va a dormir, qué va a necesitar. Él es un integrante de la familia”, relató Sandra, muy movilizada.
Asimismo, reflexionó sobre la adopción y qué significa para ella y su familia tomar esta responsabilidad: “Para mí no es una mascota, no es un juguete. Lo pensamos mucho de traerlo y cuando se tomó la decisión, fue muy movilizante”. Y continuó: “Si vos ya sos amoroso, adoptar despierta mucho más en todos. Es una fuente de alegría constante. Es eso, es un ida y vuelta de mucho amor, mucha entrega”.
Por qué es mejor adoptar
Tomar conciencia de lo que conlleva adoptar es el primer paso para cambiarle la vida a otro ser, optando por sobre la comercialización de perros de raza que, en muchos casos, atenta contra la integridad y el bienestar animal. “La adopción es todo. Les salvás la vida y los rescatás de las calles. Ellos necesitan un hogar y amor, y eso se logra adoptando”, aseguró Soledad de Patipufete.
La voluntaria y fundadora de su propia ONG lo describe en primera persona, en base a su experiencia de años. “Siempre es bueno tener uno, pero es mucho mejor tener dos porque suelen estar en manada y hacerse compañía”, añadió.
Por otro lado, señaló que los perros que quedan más rezagados son aquellos de más avanzada edad: “Precisamos la adopción de perritos viejitos que ellos lo necesitan más. Obvio, también de todas las edades y tamaños. Si te gustan los más chicos hay ‘paticorti’. Lo importante es concientizar y que sepamos que la problemática de los perros de la calle es muy compleja y se soluciona rescatando y, más que nada, castrando”.
Moragues de El Campito Refugio precisó que si un individuo no puede asumir la responsabilidad genuina de adoptar puede ayudar de otras formas: “Convirtiéndose en madrinas o padrinos, difundiendo, viniendo a ser voluntario por un día. Todas esas son las maneras de colaborar”. Incluso, participando de colectas, rifas, donaciones y la compra de productos que las mismas ONG venden para luego destinar los fondos al cuidado y mantención de sus rescatados.
Por su parte, el Doctor y especialista en Antrozoología Díaz Videla explicó que, basándose en la ciencia y el análisis del comportamiento de los perros con las personas, y viceversa, en la actualidad existe un reconocimiento generalizado acerca del vínculo con los animales, puesto que ellos pueden “aportarnos a nuestra salud física, a nuestro bienestar psicológico e, incluso, aportarnos longevidad”. No obstante, fundamentó que estos beneficios dependen "de que se establezca con este un vínculo afectivo particular como el que sucede cuando pasamos a integrarlos como miembros de nuestra familia”.
Entonces, ¿aún te quedan dudas? Adoptar a un perro de la calle es un acto noble, genuino y de doble entrega. Para ellos, que están en búsqueda de amor, cuidado y contención. Y para uno mismo, porque nos alegran el corazón.
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Edición de video: Jeremy Schuvaks.