Una vergüenza: usó la enfermedad de su hija para una estafa de más de un millón de pesos
Flavia Desiree aprovechó la enfermedad congénita de su hija durante años, quien padece el síndrome de Klippel-Trenaunay, para pedir donaciones y estafar a la gente.
5 de julio de 2022
Todo comenzó en el 2017, cuando la pequeña tenía tan solo 4 años. En su momento, Flavia Desiree recorrió varios medios para difundir su caso y compartió su CBU para recibir donaciones. Cinco años más tarde, está imputada en una causa a cargo del fiscal porteño Hernán Biglino por usar la enfermedad de su hija para robarle dinero a la gente y a distintas fundaciones que se solidarizaron con ella.
El dinero que recaudaba iba destinado supuestamente a medicamentos y a un complejo y costoso tratamiento que solo podía llevarse a cabo en Alemania.
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Resulta ser que la mujer le robó la identidad y el sello a una médica dermatóloga. De esta manera escribía recetas de medicación muy costosa con drogas generalmente usadas en pacientes adultos psiquiátricos, y poco compatibles con su especialidad.
Presentaba estas recetas falsas ante una ONG que le donaba el dinero para su compra. Se cree que le quitó a esta organización más de un millón de pesos. El fiscal no tiene una cifra definida, pero a este número habría que sumarle los aportes del resto de los donante.
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La víctima pudo corroborar que durante un tiempo había atendido a la menor en el Instituto Argentina de Diagnóstico y Tratamiento, pero que en ningún caso le había recetado los medicamentos prescriptos. Entonces decidió realizar la denuncia.
La policía llevó a cabo un allanamiento en su domicilio, donde encontraron seis sellos de distintos médicos, más de 100 talonarios de recetas en blanco, algunos retirados recientemente de la imprenta, tabletas de medicamentos, así como dispositivos electrónicos y documentación. Se encontraron tres armas a nombre de la pareja de Flavia Desiree, con documentación vencida desde 2008.
La menor también fue hallada en la casa y evaluada por una médica. El hombre quedó detenido pero la madre no.
